jueves, 15 de mayo de 2014

SINTAMOS NUESTROS LOS SUFRIMIENTOS DE LA HUMANIDAD.


La tragedia de los mineros en Turquía, las víctimas del nuevo naufragio en el Mediterráneo y de los vertidos tóxicos ilegales, en el corazón del Papa
pidiendo que se anteponga siempre el respeto de los derechos humanos y se aúnen esfuerzos para evitar semejantes masacres.
 En la tragedia de la mina en Turquía, donde se teme que el número de muertos supere los 200, las tareas de rescate de los más de 400 mineros que quedaron atrapados continúan entorpecidas por el fuego y los escapes de gas, hasta el punto de que entre los fallecidos y los más de 80 heridos hay miembros de los equipos de rescate.

En el naufragio del pasado lunes en el canal de Sicilia, la barcaza que se hundió llevaba, según diversas fuentes, más de cuatrocientas personas, de las que, de momento, la mitad se ha logrado salvar, 17 son los cuerpos recuperados sin vida y los demás resultan dispersos.

También, en sus saludos en italiano, el Obispo de Roma dirigió unas palabras especiales a una delegación de habitantes de la denominada «tierra de los fuegos y de los venenos», de la región de Campania centro sur de Italia – denominada así tierra de los fuegos y de los venenos, debido a que ha sido contaminada por deshechos tóxicos vertidos ilegalmente, causando enfermedades de extrema gravedad y un elevado números de tumores en los que viven en esta zona.