sábado, 14 de junio de 2014

Comentario al evangelio del domingo de la Santísima Trinidad



En la solemnidad de la Santísima Trinidad se proclama en el evangelio el encuentro de Jesús con Nicodemo. Este personaje que en la noche busca a Jesús, le descubre y le manifiesta cómo vivir y participar del Misterio y el Reino de Dios que es Padre-Hijo-Espíritu Santo. Las frases claves para introducirnos en este don inmerecido está enlos versículos 16c y 17b: “que tengan vida eterna y “el mundo se salve por Él”. La Salvación que es la realidad más urgente y vital de toda persona humana: ¿se prolongará mi vida perpetuamente? o ¿las grandes maravillas de Dios se aniquilarán? Se disipan en estas dos verdades-certezas que nada, ni nadie puede quitarnos:

- “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único” (16a): El amor de Dios a la humanidad y a todo hombre es mucho mayor que el que todos a la vez y en el mismo momento le podamos dar. Porque su amor radica en el desprendimiento total que ha hecho y sigue haciendode sí al darnos a su Hijo.

- “El que cree en Él no será condenado” (18a): La fe se fundamenta en la primera verdad-certeza que hemos contemplado: el amor. El nuevo y definitivo nacimiento en Dios se nos dio en el bautismo y se tiene que ir prolongando en nuestra vida “no negándole nunca nada, diciéndole siempre sí”. Ya que hemos sido engendrados como fruto de un amor inmerecido.

 

La celebración de esta gran fiesta litúrgica nos ha de llevara vivir y participar con más intensidad del Misterio Trinitario en nuestras vidas.