sábado, 18 de junio de 2016

Experiencia de los oratorios: Don de Dios, don del Cielo.

"Dejad que los niños se acerquen a mí". ¡Se hace realidad! ¡Es verdadera esta afirmación de Jesús! Lo comprobamos en los niños que se acercan ante Jesús con plena libertad. Jesús está vivo, es real y se le puede tocar, amar, sentir, y hablar. Jesús no queda reducido para los sabios y entendidos de este mundo, sino para los pequeños. La pequeñez, la infancia no es una etapa de la vida que hay que pasarla rápido para llegar a la adustez, sino que es un estado. "De los que son como ellos es el Reino de Dios". La madurez en la vida es que guardemos y vivamos la inocencia, pureza, limpieza, sensibilidad hacia lo sagrado, ternura...

Este curso ha sido el tercer curso consecutivo de gracia para nuestros niños y jóvenes. Ya que se han acercado cada uno de ellos a Jesús con libertad y el mismo Jesús les ha ofrecido su encuentro personal. Cada uno de ellos se ha sentido escuchado, comprendido y amado. Cada uno de ellos ha presentado su vida, su cruz para recibir la Palabra que opera y trabaja en lo profundo de su corazón por la vida de la Gracia, por la vida de Dios que habita en ellos. 

Le seguimos pidiendo a la Virgen María y a san José de Calasanz su intercesión y que guardemos como un tesoro de gran valor la experiencia de los oratorios para niños pequeños en nuestro colegio.