En estos días los alumnos del colegio van experimentando en su persona lo más hermoso de la educación: sentirse queridos.
Cada curso, como pequeña comunidad, va teniendo su celebración penitencial. Junto a la Palabra, los hermanos y la presencia sacramental de Jesús por el sacerdote..., vamos acogiendo al Salvador en nuestras vidas.
Momentos de intimidad preciosos en el que vamos siendo encontramos y amados desde nuestra edad y circunstancias.