Ayúdame Señor, a comprender que para alcanzar la cima de la montaña hay que atravesar el largo valle.
Que la vela difunde su luz a base de consumirse poco a poco.
Ayúdame, Señor, a desprenderme de las pretendidas seguridades que no puedo tener y que me hacen tan inseguro;
Ayúdame a comprender que mis temores aumentan mi inquietud y mi impaciencia.
Ayúdame Señor, a aceptar mis limitaciones.
Confío en Ti como un niño que se siente seguro en brazos de su madre.
Ayúdame a caminar por donde no puedo ver sabiendo que tú estás ahí conmigo.